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Poker Bluff: aprende a farolear en el momento justo

¿Conviene farolear en el poker o es mejor evitarlo? En este artículo te mostramos cómo aplicar esta técnica clásica y cuándo hacerlo. 

Farol y semi-bluff

El farol es probablemente la jugada más popular y, a la vez, la más malinterpretada del poker. Hasta que llega el river, hablar de farol puro no es del todo correcto, ya que todavía existe la posibilidad de mejorar la mano. En esos casos se trata más bien de un semi-bluff.

Antes del flop, farolear suele tener como único objetivo robar las ciegas. Sin embargo, el verdadero valor de la mano se define tras el flop, por lo que rara vez se considera un semi-bluff en esa fase.

Apuestas de continuación

Las c-bets o apuestas de continuacion son comunes tras una subida pre-flop y se ejecutan sin importar las cartas que se tengan. Se calcula que se aplican en un 80-90% de las situaciones, pero en flops muy conectados o peligrosos es mejor reconsiderar la jugada.

En el turn muchos jugadores se vuelven predecibles. Si alternas agresividad con manos fuertes, proyectos y algunos faroles, complicarás la lectura de tus rivales. Aquí el check-raise es un recurso poderoso pero poco utilizado, siempre que tu imagen en la mesa sea sólida.

Evita pasar en el turn para luego farolear en el river, ya que la gama de manos que permite esta línea es demasiado reducida como para engañar a oponentes atentos.

Equilibrio entre faroles y apuestas de valor

En el river la decisión es clara: apostar por valor o farolear. Si tu mano no es suficientemente fuerte, puedes plantearte el bluff. Una proporción razonable es farolear una vez por cada dos apuestas de valor, aunque esto depende de la situación y del estilo de tus rivales.

Lectura de la situación

Antes de lanzarte a un farol, hazte estas preguntas:

  • ¿Qué tiene mi rival y qué cree que yo tengo? El poker se basa en leer y disfrazar manos.
  • ¿Cuántos jugadores hay? Los faroles funcionan mejor contra menos rivales y en juegos sin límite.
  • ¿En qué posición estoy? Los faroles tienen mayor éxito en posiciones tardías.
  • ¿Cómo me ven en la mesa? Una imagen de juego tight y precavido facilita los faroles, una de rapido o loose los complica.
  • ¿Qué mano estoy representando? Debe ser creíble y coherente hasta el final.
  • ¿Estoy sobreexpuesto? Evita trampas y analiza si puedes permitirte el riesgo.
  • ¿Cuál es el tamaño adecuado de mi apuesta? Muy bajo invita a que te paguen; demasiado alto puede parecer sospechoso.
  • ¿Cuántas fichas tienen mis rivales? Los stacks influyen en la probabilidad de éxito del farol. Los jugadores con pilas grandes pueden farolear fácilmente. Los jugdores con pilas pequeñas solo lo harán si están desesperados.
  • ¿Qué cartas hay sobre la mesa? Escenarios con proyectos múltiples reducen la eficacia del bluff.

Para entrenar esta habilidad, los torneos heads up son ideales, ya que obligan a practicar subidas, calls y faroles con frecuencia.

Conocer al oponente

Identificar el tipo de jugador es clave para decidir si un farol puede funcionar:

  • El despistado: impredecible, mejor no arriesgar fichas contra él.
  • El avasallador: agresivo extremo que busca dominar a rivales débiles.
  • El jugador con plan A-Z: excelente y creativo, pero explotable si detectas debilidades.
  • El jugador on-tilt: emocional y descontrolado, una presa fácil.
  • El jugador ABC: sólido y predecible, pero vulnerable a movimientos inesperados.
  • Intuitivos vs matemáticos: unos juegan por instinto, otros por estadísticas; ambos tienen puntos débiles.
  • El joven pistolero: suele ser más agresivo; su edad es un factor a considerar.
  • El jugador de acción: apuesta por emoción, paciencia es la clave contra él.
  • El jugador recreativo: juega por diversión, fácil de batir pero digno de respeto.
  • El camaleón: el más difícil, sin patrones claros; observa antes de intentar un farol.

Adaptarse a cada situación

A medida que subas de nivel, te encontrarás con rivales más experimentados. No existen reglas fijas: el éxito de un bluff depende del momento, el tipo de jugador y la dinámica de la partida. En poker, la respuesta más precisa casi siempre será: “depende”.