Para todo jugador de poker que tenga la voluntad de aprender más acerca de este juego, hay conceptos y estrategias clave que pueden ser de gran utilidad en las mesas. Hemos visto una amplia gama de ello en los posts de nuestro blog y muchos destinados a ayudar a los usuarios más amateur de nuestra plataforma. Sin embargo, no descuidamos a aquellos que ya tienen una amplia experiencia en el juego online (incluso en el juego en vivo también). Y para ellos dejamos términos que son algo más complejos de lo habitual y que pueden desarrollar e integrar en su forma de juego.

El leverage o apalancamiento es el que nos va a ocupar en este caso. Un concepto que no es propio del mundo del poker, sino que ha sido heredado de otros sectores. En el económico en concreto, el leverage financiero es el uso de deuda para financiar una operación que requiere de capital. Cuando hablamos de transacciones, las más comunes tienen que ver con el mercado inmobiliario o el de la bolsa que son en los que es más sencillo especular con los precios de los valores. El endeudamiento no tiene en estas ramas el mismo efecto que en el poker.

El apalancamiento en los naipes define el efecto que tiene sobre el juego un conjunto de fichas que todavía no han pasado a formar parte del bote, pero que es susceptible de que puedan hacerlo. Vamos a poner el ejemplo de un torneo multimesa Texas Holdem con eliminaciones. Dos jugadores con grandes stacks se ven envueltos en una mano que les lleva a poner en juego casi la mitad de sus fichas. Y es el jugador con menor stack el que se ve envuelto en una situación muy complicada en el flop, con una top pair en mano que le puede llevar a dejarse casi todas sus fichas en las dos siguientes calles.

Precisamente sobre ese participante, las fichas de su stack que todavía no han entrado en juego están ejerciendo una fuerza de apalancamiento. Si sigue adelante y va all-in se arriesga a quedar eliminado ante un proyecto más fuerte de su rival. Si decide foldear, dice adiós a la mitad de su pila de fichas. Aplicado a la teoría, nuestras apuestas representan la potencia que estamos ejerciendo en la jugada, mientras que las respuestas del adversario representan la resistencia para contener esa presión. Precisamente la ley de la palanca de la que procede el término leverage relaciona la potencia y la resistencia por la longitud de sus brazos.

¿Para qué nos puede ayudar entonces esta teoría? Hay varios escenarios claros en los que el apalancamiento nos puede ayudar a conseguir grandes beneficios. Y el primero de ellos ya lo hemos visto precisamente en el ejemplo que hemos detallado anteriormente: las disputas entre jugadores con grandes stacks. En estos escenarios se producirán grandes subidas en el juego preflop y apuestas 2-bet, 3-bet o 4-bet post-flop. En ese punto nuestras apuestas pueden generar apalancamiento en el contrario, obligándole a ir con todo precipitadamente o a renunciar a un bote muy suculento.

Pero sin duda las situaciones en las que mejor rendimiento sacaremos del leverage es aplicando fuerza a manos medias. La teoría es muy similar y está basada en incitar al rival a que vaya por un camino equivocado. La presión acabará haciendo mella y la mente le puede jugar una mala pasada, sobre todo si no es un tipo acostumbrado a actuar ante los agresivos con contundencia. Las mejores manos para llevar a acabo esta operación son las monstruosas y las más débiles a la hora de sufrir apalancamiento serían parejas altas con un kicker para nada fructífero.

Incluso los stacks medios también representan figuras contra los que poner en práctica este término. Cuando la burbuja de un torneo de poker está cada vez más cerca y los jugadores que van cortos de fichas deciden jugar solo lo imprescindible, ese es el punto en el que se convierten en presas perfectas para meterles presión y obligarles al error. Es cierto que los jugadores con las pilas de fichas más pequeñas son peligrosos, pues pueden optar por ir all-in y tratar de doblarse. Los usuarios a medio camino entre small stack y big stack son los indicados para esta tarea.

No obstante, no hay que dejar de lado la parte menos amable de la definición de leverage: cuánto mayor sea el incremento del apalancamiento, mayores son los riesgos de la operación. Eso quiere decir que también hay una parte negativa y es la de quizá no ser capaz de atender a la deuda que nosotros mismos nos hemos generado. Lo que traducido al poker sería: no tener fichas suficientes para compensar las posibles pérdidas de presionar a un adversario en un escenario ideal.

Concluimos por tanto que el leverage es una teoría arriesgada, pero que saldada con éxito puede reportarnos grandes ganancias. Como casi todo en el poker.

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