El poker y el deporte están mucho más relacionados de lo que mucha gente puede pensar a priori. De hecho, el poker está categorizado en muchas partes del mundo como un deporte mental. Una disciplina que depende en parte del azar, pero que también entiende de las capacidades que deben reunir los jugadores para llegar a ser verdaderos campeones y que dependen de ellos mismos. Los naipes desafían al usuario y le exigen un esfuerzo que también tiene que realizar el deportista en su rutina diaria. Y eso es lo que les da ese nexo que puede llegar mucho más allá de lo esperado.
De hecho, no es extraño ver a jugadores de baloncesto, de fútbol o de tenis pasar por las mesas de algunos de los circuitos profesionales. Y algunos de ellos lo hacen porque se prestan para ser la imagen de algunas salas y compañías de poker, pero otros se prestan al juego para conocer la mecánica del poker y para poder aprender de esta para aplicarla en su disciplina deportiva particular. Sobre todo a nivel mental, que quizá es el aspecto en el que más énfasis te obliga a poner el poker. La concentración y la estrategia meditada como bases del éxito.
Son varios los deportistas que han reconocido a lo largo de su carrera como practicar Texas Holdem les ayuda mejorar sus facultades psicológicas. El control que un jugador de fútbol debe tener en un campo cuando las cosas no van bien, es algo que también tiene que vivir un jugador de poker en las mesas cuando se encuentra en una crisis de resultados. En ese sentido el aprender a cómo no tiltearse, es decir no entrar en cólera, es una herramienta fundamental para el deportista para poder concentrarse en su tarea y seguir trabajando.
Obviamente hay algo esencial entre los dos mundos y es que donde más pueden nutrirse es en el ámbito competitivo. El mundo del poker puede llegar a ser igual de feroz que el del deporte. Para que haya un ganador, necesariamente tiene que haber un perdedor. Por lo tanto, la competencia es brutal y los contrincantes cada vez son más sofisticados y con mayores cualidades. Es Por ello que han sido personajes de primer nivel del mundillo deportivo los que se han prestado para probar en el poker y observar por ellos mismos las facultades mentales que requiere para llegar a ser un as de las cartas.
Y seguramente otra de las singularidades que comparten ambos escenarios es el hecho de la existencia del preparador mental. Son muchos los deportistas que deciden optar por tener a una persona que les preste ayuda psicológica para poder sobrellevar mejor sus entrenamientos, sus competiciones y las críticas que puede recibir por parte de la opinión pública. En el poker también existe esa persona que ayuda a que el jugador se prepare en el aspecto mental para los esfuerzos que le van a suponer una partida de naipes. Quizá se trabaje diferente, pero el mecanismo utilizado para llegar al fin es el mismo.
Pero centrándonos en aspectos concretos podemos seguir encontrando muchas maneras por las cuales el poker ayuda a un deportista. Por ejemplo, en la definición de objetivos. Para todo jugador de poker es fundamental establecer unas metas que se quieren alcanzar y que estas se adecuen convenientemente al nivel del usuario. Metas realistas, a las que se pueda llegar y que no provoquen frustración en la persona posteriormente. En el deporte ocurre de la misma manera, y entrenando a través de las cartas se puede llegar a comprender mucho mejor esto. Es una cualidad que se puede recuperar para el deporte.
También la de tener una buena capacidad de análisis de resultados. El jugador de poker profesional tiene casi la obligación de revisar las manos que ha jugado, en cuales se ha equivocado y en cuales acertó y por qué. Entender esto es esencial para poder mejorar y crecer como jugador. En el deporte pasa exactamente igual. Revisar las actuaciones y ver con claridad en qué momento se torció todo o de qué manera se alcanzó la gloria. Son formas de trabajar que se pueden replicar si previamente se han trabajado en otras disciplinas.
Y por supuesto no podíamos dejar de lado los hábitos de vida saludables. Esto es algo que afecta al poker en toda su expresión. A la hora de poder aguantar muchas horas jugando, a la hora de estar completamente concentrado en el juego o a la rapidez del poker y que este exige en algunos momentos. Un deportista profesional puede llegar a padecer de esto de igual forma. Una mala alimentación puede ser la base de lesiones continuas, al igual que el exceso de carga emocional y de presión puede generar que no se pueda llegar a alcanzar los objetivos deseados. Todo eso se trabaja en las mesas.
La comprensión de conceptos clave aplicados al deporte comienzan por el poker. Una ayuda curiosa, pero cada vez más necesaria.