Una de las ventajas de poder competir en una comunidad de jugadores tan amplia como la de partypoker es que en cualquier momento puedes toparte con un jugador top en las mesas. En el calendario de torneos de la plataforma vas a poder seleccionar las mejores entradas y sentarte cara a cara con algunos de los mejores de la disciplina. Sea en Texas Holdem o sea en cualquier otro juego. Y como de la variante más jugada a nivel profesional a todos nos vienen nombres muy rápidamente a la cabeza cuando hablamos de los jugadores más destacados, también queremos tirar nombres en el resto de estilos.

Si nos vamos al Omaha el nombre que resuena es el de T.J. Cloutier. Un tipo especial por los logros que ha conseguido en la industria, pero también porque su carrera deportiva se inició relativamente tarde. En concreto a partir de los 37 años. Algo que rompe con la tendencia en esta etapa contemporánea en la que los jugadores maman el poker desde que son muy pequeños y comienzan a desarrollar sus capacidades cuando ni si quiera son adultos. Pero este miembro del Salón de la Fama del Poker (ingresó en 2006) tuvo sus razones para ser tan tardío y su historia lo corrobora.

Una historia ligada al poker Omaha, pero que arranca en la californiana ciudad de Albany cuando todavía Cloutier no estaba ligado a los juegos de cartas. Se graduó en la Universidad de California en el seno de una familia muy humilde y una beca deportiva le permitió armarse de esperanzas suficientes como para pensar que podría llegar a ser jugador profesional de fútbol americano o de béisbol. Sin embargo, la realidad de su economía financiera y la de sus allegados le golpeó de lleno en plena adolescencia. Tuvo que abandonar la universidad, ayudar a su padre en el negocio familiar y cuidar de su madre enferma.

Tras pasar por una etapa de reclutamiento en el ejército de los Estados Unidos, llegó a jugar en la Canadian Football League para dos equipos hasta que una lesión le hizo replantearse su futuro en el deporte profesional. Thomas James, nombre del que vienen las siglas T.J., decidió entonces montar un negocio en el sector alimentario que fue un fracaso, y tras separarse de su esposa decidió marcharse a trabajar en una plataforma petrolera. Y fue entonces cuando el poker se cruzó en su vida, pues pronto se dio cuenta que ganaba más dinero jugando a los naipes que con su empleo.

T.J. ya había tenido contactos con el juego de cartas en sus días de militar y desde entonces siguió practicando, aunque siempre de manera muy amateur en partidas de poker con y sin límite contra conocidos. Pero más cerca de los cuarenta que de los treinta, en realidad Cloutier estaba empezando a crear un auténtico ganador que se convirtió en uno de los mejores del mundo en su época en poco tiempo.

¿Cómo lo hizo? Sin duda gracias al Omaha. De hecho, tres de sus seis brazaletes obtenidos en los eventos de las World Series of Poker son en esta variante. Es el único jugador en la historia que ha podido conseguir victorias en tres tipos de torneos Omaha distintos. El más sustancioso de todos fue la pulsera dorada de 1998 en un Pot Limit Omaha Hi de 2.500$ y donde finalizó con un premio de 136.000$. Sin desmerecer el Limit Omaha Hi de 1987 o el Limit Omaha 8 or Better de 1994.

Lo bueno de Cloutier es que no se ha cerrado a otras variantes, de hecho tiene victorias en cuatro diferentes si contamos el Omaha Hi y el Omaha Hi/Low y le añadimos Texas Holdem y Razz. En 2004 ganó un brazalete WSOP en un Seven Card Razz, en 1994 lo hizo en Pot Limit Holdem y en 2005 en No Limit Holdem, con una victoria en la que se enfundó más de 650.000$. Y aun así no fue su mayor ganancia en un campeonato. Esta la logró siendo segundo en un 10.000$ Texas sin límites de las series mundiales en el año 2000, donde ganó 896.500 dólares.

Si englobamos toda su carrera sus ganancias superan los 10 millones de dólares, puesto que también ha disputado torneos del World Poker Tour y ha participado en series de poker populares en América como Ultimate Poker Challenge, Poker Superstars Invitational Tournament o Poker Royale: Battle of the Ages. Quizá la espinita clavada del texano es el hecho de no haberse podido hacer con ningún Main Event de las WSOP. Ha sido dos veces segundo, una vez tercero y una vez quinto, pero no ha podido ser el número uno.

Tampoco lo necesita, pues es muy respetado por todos los participantes en las mesas. Un hombre que ha colaborado también como escritor en revistas de poker y como coautor de hasta cuatro libros sobre poker junto a su compañero Tom McEvoy. Un camino suficientemente exitoso como para dejar huella en la historia de este deporte mental.

Compartir.

Comments are closed.