En el mundillo del poker los jugadores van en búsqueda de sacar la mayor rentabilidad posible a sus jugadas. Nadie puede pretender ganar siempre y bajo cualquier circunstancia, porque también en el azar reside la esencia de esta disciplina. Pero sí que podemos interesarnos por jugar lo mejor posible con todas y cada una de las opciones del ranking de manos. Sobre las parejas, las dobles parejas, los tríos e incluso las escaleras ya existe un amplio conocimiento sobre la forma de actuar. Quizá porque son las que más posibilidades de aparición tienen y con las que se ganan un mayor porcentaje de manos.
Sin embargo, también las jugadas más complejas pueden aparecer para ponerte en bandeja algún buen bote de fichas para tu stack. Y sin duda una de las más bonitas es el color. El color consiste en obtener cinco cartas del mismo palo (corazones, tréboles, picas o diamantes), por lo tanto solo podrás completarlo cuando tus cartas ocultas y al menos tres cartas del board lleven el mismo símbolo. Estas cartas pueden ser desordenadas, es decir, puedes completar un color con K-10-9-5-2 de tréboles, ya que si además consigues que vayan correlativas estaremos ante una jugada todavía mejor: una escalera de color.
Pero como eso ya son palabras mayores, vamos a centrarnos en el color en la variante Texas Holdem, que para algo es la más famosa y jugada en el poker actual. Y lo primero que hay que entender es que el color puede estar formado por tus dos cartas ocultas y tres del board, una sola de tus cartas ocultas y cuatro del board o con las cinco cartas del board. Es posible que además de las cinco cartas en mesa tu sumes una o dos más de mano del mismo palo, en cuyo caso se contabilizarán las cinco más altas. En el caso del color común, todos los jugadores de la mesa podrán acogerse al color como proyecto completado.
¿Cómo se decide al ganador en este último caso? Se valorará primero qué jugador puede formar un color más alto que el que hay en el board. Un ejemplo sería un participante que lleva en mano dos ases, uno de ellos de diamantes, y en mesa se han descubierto J-9-5-4-3, todos ellos de diamantes. Este jugador ganaría por color al as. Y en el caso de que todo sean tréboles y ningún jugador tenga un trébol en sus cartas ocultas, se llevara el bote el que tenga la carta más alta.
Obtención del color y forma de juego
Dependiendo de la calle en la que ligues el color y cuál sea la situación en la mesa, deberás actuar de maneras diferentes. Al menos esa es la teoría que jugadores profesionales suelen seguir. Lo que después ocurra en la práctica es todo un enigma.
Lo primero que hay que decir es que completar un proyecto de color en el juego preflop es imposible, pues solamente tienes dos cartas en tu baza. Sin embargo, en este punto ya se puede empezar a trabajar en el futuro color, pues tendrás muchas más posibilidades sobre todo si tus dos naipes ocultos son del mismo palo.
Lo ideal si tienes dos cartas altas del mismo palo tipo A-Q es subir la apuesta, mientras que si lo que tienes son conectores como 8-7 es preferible solo pagar. Y donde debes subir es con parejas de ases o reyes, consigas con ellas color o te vayas a otros proyectos. Las cartas altas o las parejas altas ya tienen fuerza de por sí y no importa si con ellas llegas al color o a otra jugada igual de interesante. Por su parte, las cartas correlativas de color son menos resistentes a jugadas con apuestas altas y pots con mucha acción, por eso la forma de jugar con ellas es diferente.
Una vez que viene el flop sigue siendo difícil que ya tengas ligado el color, pues necesitas que tanto tus dos cartas ocultas como las tres del board sean del mismo palo. De hecho, la probabilidad de que esta situación se de es de 0,84%. Pero si ocurriera tienes que jugar con cautela, tanto en torneos en vivo como en torneos en la red. Deberás apostar fuerte, lo suficiente como para que otros proyectos fuertes paguen más de lo que deberían, pero no tanto como para espantar a tus rivales y obligarles a foldear.
No obstante, es más común que se ligue color tras el flop. De hecho las probabilidades hablan de que en más de un tercio de las partidas ocurre así. Si tus dos cartas iniciales son del mismo palo y en el flop aparecen otros dos naipes de ese mismo símbolo ya puedes sentirte afortunado, pues solo pasa en un 12% de las veces. En esos casos es preferible atacar y apostar fuerte, aunque siempre mirando de reojo a otros jugadores que puedan adquirir también ese rol agresivo.
¿Puede fallarnos un proyecto de color? Por supuesto, muchas veces. Pero si la mano está bien jugada no tienes de que preocuparte. Es parte del poker.