El poker es un juego de esos inspiradores que sirven como grandes metáforas para el día a día. Su parte de azar junto a su competitividad y su carácter mental forman una combinación perfecta que puede hacer reflexionar a cualquiera. Comparar esto con cosas del día a día suele ser una práctica muy habitual. Una gran escritora y ex jugadora como María Konnikova define la vida como una gran partida de poker y lo hace en un best seller que bien podría entrar en nuestra selección de libros de poker. Pero si eres más del mundillo audiovisual, también hay posibilidad de que veas estas similitudes.

Existen varias películas sobre el poker. ¿O quizá seas más fanático de las series? En ese caso podemos hablar de una de las que más ha encandilado a los espectadores en los últimos años y que se ha convertido en todo un fenómeno de masas. “La Casa de Papel” ha batido récords en Netflix y ha ganado popularidad en todo el mundo. Por fin una serie española consigue un hito como este en un mundillo cuyo triunfo parecía destinado a los largometrajes americanos. Y lo mejor es que esta guarda una relación con el poker muy especial.

Por si todavía hay alguien que no la conozca, hablamos de una serie en la que un grupo de atracadores idea un plan infalible para asaltar la Fábrica de la Moneda y Timbre. Liderados por un curioso personaje apodado como “El Profesor” su objetivo es imprimir billetes por valor de más de 2.000 millones de euros y conseguir salir airosos frente a las fuerzas del orden. Una lucha que más adelante se convertirá en toda una revolución social y que tendrá como fin poner en jaque a un sistema que no hace sino mirar por sus propios intereses sin importar nada más.

El conflicto se convierte en una cara a cara más propio de un torneo de Texas Holdem que de una serie de atracos, con referencias con las que cualquier jugador habitual de poker puede sentirse identificado. El Profesor se identifica con una especie de jugador de esos que las matan callando, que es completamente cerebral y que siempre parece ir por delante de sus adversarios. Posee una estrategia que le hace sentir implacable, pues todos los posibles problemas los acaba convirtiendo en virtud para poder decantar una situación límite de su lado. Su rival es lo que se denominaría un auténtico maníaco, un tipo sin escrúpulos como Luis Tamayo.

Y aunque los enemigos van variando con el paso de las temporadas, sin duda es el coronel el que toma protagonismo en la parte final de la serie. Y en ello nos queremos centrar porque es donde mayor relación podemos encontrar con los naipes. Sin querer hacer muchos spoilers, recomendamos que antes de llegar a este punto eches un vistazo a la serie. Es de esas que enganchan, de las que el hype no te permite irte a la cama sin ver el siguiente capítulo. Y reconocimientos tiene para aburrir. Tantos críticos no pueden estar equivocados.

La segunda parte de la quinta temporada, por tanto los últimos cinco capítulos de la serie, podrían definirse como una mano de poker eterna que parece que nunca va a terminar. Las partidas más largas de la historia pueden quedar ridiculizadas frente a este carrusel de emociones que se vive capítulo a capítulo. Esta vez el objetivo se ha desviado un poco y ha terminado con los atracadores dispuestos a hacerse con todo el oro del Banco de España. Después de varias bajas en el equipo, la moral tocada y las artes para dominar las situaciones menos fructíferas, todo se complica.

Cuando los asaltantes se encuentran con un despiadado jefe de policía capaz de todo y un grupo opositor dispuesto a arrebatarles en la sombra lo que tanto tiempo llegan persiguiendo, la partida se convierte en una sucesión de faroles. Por un lado el de las fuerzas del Estado, que tratan de presionar para que los delincuentes se entreguen asegurando que tienen en sus manos al Profesor, cuando en realidad este se ha fugado y se encuentra en libertad. Por otro lado el del hijo y la esposa de un ex miembro de la banda ya fallecido, que se hacen con el oro interceptando a los protagonistas en su huida y haciéndoles creer que son policías. Los realizan una falsa detención y se marchan con el botín en sus manos.

Y por otro el del propio Profesor que sin duda es el mayor de todos los bluff de la serie. Por un lado ya no tiene el oro en su poder y manda a sus subordinados a recuperarlo como sea, pero aun así muestra seguridad mientras tanto para negociar un pacto con los agentes para salir con vida del edificio y llegar al objetivo de la rendición y la paz. Lo mejor es que todo termina con un acuerdo entre los bandos delincuentes para repartirse el oro y desaparecer del mapa para siempre, además de un trato entre el Profesor y Tamayo para intercambiar los lingotes de oro del Banco de España por bloques de latón, sin que nadie excepto ellos lo sepan. Todo queda en un secreto de estado.

Ese quizá es el único fallo de la serie. Todos terminan con ganancias. En el poker es bastante complicado conseguir eso. Solo en torneos con premios muy grandes vas a poder ver botes compartidos, y será difícil que sean a tres bandas. En nuestra plataforma puedes hacer la prueba.

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